Biografía
Maco Gutierrez
Maco nació en 1930 en La Paz, Bolivia. Su padre fue el periodista Lisímaco Gutiérrez, quien falleció durante la Guerra del Chaco, (enfrentamiento armado entre Bolivia y Paraguay que aconteció entre 1932 y 1935). Con el pasar del tiempo, su madre se casa en segundas nupcias con el agregado militar de Chile en Bolivia y es así que Maco se traslada a nuestro país, en donde cursó estudios secundarios y universitarios, estos últimos realizados en la Universidad de Chile, donde ingresó en 1948 a estudiar arquitectura.
Maco ingresó a la Escuela de Arquitectura en momentos en que se vivían los cambios de la reforma y en sus talleres conoció personajes que pasaron a ser grandes amigos y colegas, profesionales con los que compartió una conciencia social e ideales que trascendieron de la creatividad a lo político. Osvaldo Cáceres, Miguel Lawner, Ana María Barrenechea, Alejandro Rodríguez, Carlos Martner y Sergio Bravo fueron parte importante de su vida y con ellos realizó trascendentales proyectos años después. Sin lugar a dudas, un hecho destacado en su fase universitaria fue el conocer a su compañera de vida y de proyectos, Betty Fishmann, una joven oriunda de Puerto Montt que ingresó a estudiar arquitectura en la Universidad de Chile en 1949. Betty y Maco formaron una relación marcada por la pasión por la arquitectura, por sueños y por la determinación de formar un mundo justo en que la profesión era un motor y agente de cambios. En 1955 se casaron tras la titulación de Maco y en esos momentos la pareja estaba asociada a los arquitectos Martner y Bravo proyectando un enorme edificio sindical para los mineros de Lota, una construcción que pasó a ser un emblema de la lucha social y obrera además de ser un exponente clave de arquitectura moderna en la zona del carbón, el Teatro Sindical para los Mineros de Lota.
El 15 de mayo de 1955 se coloca la primera piedra de este edificio que pasó a ser un símbolo de la arquitectura moderna en nuestra región y un símbolo de la fuerza y voluntad de los trabajadores mineros de Lota. Esta construcción no ha logrado ser concluida a pesar de los años por diversos y lamentables factores ligados a problemas económicos y el decaimiento del carbón de Lota. A pesar de no estar finalizado y haber pasado por periodos oscuros de abandono y letargo, es querido y apreciado por la comunidad. Cabe destacar que fue financiado por el esfuerzo de los mismos obreros del carbón y es parte del conjunto de joyas arquitectónicas y urbanas que posee esta valiosa comuna. A pesar de su condición, en él se han realizado numerosos actos y sesiones, así como intervenciones públicas de personajes como Violeta Parra, Pablo Neruda y Patricio Manns.
Hacia 1957 Maco junto a Betty participan en el proyecto del edificio que albergó a la Farmacia Maluje. Un moderno edificio de uso mixto ubicado en calle Tucapel 676, entre Freire y Maipú, en que se aprecia un dinamismo expresado en juegos de alturas y la composición misma de los volumenes y fachada; llenos contra vacíos y una sencilla fachada en que la geometría destaca. La secuencia de lo liviano a lo pesado es en ascenso, el primer nivel se aprecia casi liberado, el segundo vidriado y el tercero más contenido y denso, este último es rematado con una azotea. El nivel inferior se divide entre el local de la farmacia y un garage expuesto al exterior que sirve de acceso, encontrándose acompañado por una sencilla escultura realizada por Julio Escámez.
El local de la farmacia posee una doble altura y en sus muros superiores el pintor Julio Escámez elaboró el mural “Historia de la Medicina y la Farmacia en Chile”, por encargo de la Sra. María Maluje David, connotada farmacéutica de la ciudad y propietaria del inmueble. El mural, es una de los grandes tesoros que posee nuestra ciudad siendo parte importante del patrimonio muralista de Concepción y la región. El mural está cargado de escenas y estampas del desarrollo de la medicina y la farmacia, desde los pueblos originarios a los avances científicos del siglo XX.
El edificio Maluje es un fiel representante de ese proceso en que arte y arquitectura estuvieron en equilibrio y se nutrían mutuamente. Además del mural mismo, se destacan detalles como las texturas pétreas que complementan la moderna edificación. La Farmacia Maluje propiamente tal deja de funcionar el año 2007.
La Farmacia Maluje fue una obra de importancia para la carrera de Maco, fue de alguna forma el inicio de una breve pero intensa trayectoria en Concepción. La década siguiente fue decisiva, no sólo para él sino que para el desarrollo de la arquitectura en Concepción. Ocurrieron cambios trascendentales marcados por el terremoto de 1960 y la puesta en práctica de un nuevo Plan Regulador, planteado por los arquitectos Emilio Duhart y Roberto Goycoolea teniendo a Ester Roa como alcaldesa de la ciudad. En ese contexto, Maco estableció oficina junto a Alejandro Rodríguez, siempre acompañado de los arquitectos Osvaldo Cáceres, Gabriela González y Edmundo Buddenberg, quienes compartían en uno de los niveles superiores del ex Palacio Hirmas, (actual Johnson’s, por calle Colo Colo). Un ambiente en que las artes se nutrían mutuamente y la creatividad al parecer se vivía a destajo. Los arquitectos mencionados compartían afinidades artísticas y políticas coexistiendo en una bohemia prolífica, son los tiempos del Club de Jazz, (del cual Buddenberg fue presidente) o la galería de arte «El Sotano», en la cual se expuso de hecho el proyecto del Teatro Sindical de Lota por completo en 1955.
Junto a Alejandro Rodríguez, trabajó en el proyecto para el edificio de la Fábrica Gacel, importante industria zapatera que en 1959 dotó a sus instalaciones de una moderna construcción que destacó por detalles en texturas y compositivos que son una muestra del trazo de ambos arquitectos.
Maco y Alejandro desarrollaron algunos proyectos entre 1960 y 1961 como el Edifcio Enríquez, ubicado en calle Ongolmo entre Freire y Barros Arana, una interesante propuesta de vivienda colectiva con una expresiva fachada desarrollada en torno a planos quebrados que generan una llamativa composición acompañada de ritmo, como agregado, una perfilería de acero recubre la fachada, característica encontrada en la Casa Abudoj, ubicada en la calle Victoria, frente a la Universidad de Concepción y que se destaca por su planta hexagonal y elementos geométricos en su fachada que forman una riqueza compositiva acorde con la fluidez espacial de su interior.
Posteriormente, la dupla formada por Maco y Alejandro desarrolló el proyecto del Colegio Médico, ubicado en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda esquina Cochrane. Este proyecto se concibió utilizando un irregular predio que condicionó una particular distribución de la planta y nuevamente aparece la riqueza compositiva en fachadas que dan cuenta de elementos estructurales intercalados con livianos paneles vidriados los que originalmente poseían una particular geometría. Se enfatizaron ciertos paños de la misma fachada como los del lado izquierdo al acceso, que como podemos ver en las imágenes siguientes se desarrollaron con una perfilería distinta, concentrada y de tonos oscuros, resaltando por sobre el resto del edificio. Esa misma delicadeza con respecto a los materiales se encuentra en la fachada por Cochrane, en que un muro de cerámicas de un intenso azul recubre la fachada. Un muro azul que es ya un tradicional fondo para sesiones fotográficas y un destacado punto dentro del conjunto que se forma en la Diagonal Pedro Aguirre Cerda.
En 1962 la construcción en altura ya era algo habitual en Concepción y numerosas cooperativas edificaban obras siguiendo la tipología formada por una placa comercial de uno o dos niveles y sobre ella una torre residencial o de oficinas. Siguiendo esa línea, la Inmobiliaria Maipú desarrolló el edificio que lleva su nombre en la esquina de las calles Maipú con Aníbal Pinto. La placa se proyectó con una galería comercial en L que la atraviesa, (Galería Maipú). El proyecto fue desarrollado por Alejandro Rodríguez junto a Maco y se destacó nuevamente por la composición geométrica en fachada y por la funcionalidad de las unidades habitacionales que formaron la torre, las que fueron entregadas como dúplex, algo novedoso para la ciudad y que se manifestó en otras obras contemporáneas como el Edificio Tucapel/Tribunales y la Remodelación Concepción, (Remodelación Paicaví).
El terremoto de mayo de 1960 ocasionó daños de consideración en algunos de los edificios fundacionales de la Universidad de Concepción. Entre ellos la Escuela Dental, (Arqto. Arnoldo Michaelsen, 1930), ubicada en la esquina de las calles Chacabuco con Paicaví, frente a la Plaza Perú. Meses después, un incendio termina por liquidar gran parte del edificio motivando su demolición. Las autoridades universitarias deciden construir un nuevo edificio en esa esquina utilizando además una fracción del antiguo edificio. Se abre entonces un concurso en que participa el equipo formado por Maco acompañado de sus dos habituales colegas, Alejandro Rodríguez y Osvaldo Cáceres. Este equipo gana el concurso y el proyecto se desarrolla con sucesivas transformaciones ordenadas principalmente por las autoridades universitarias que tienden a cambiar el programa que por ejemplo, en principio incluía un teatro de cámara, el cual fue suprimido. Además de los cambios programáticos es preciso mencionar el aporte realizado por el gobierno mexicano, quien donó un mural para el edificio, el cual se posicionó en un enorme hall proyectado en el interior del edificio. El mural fue realizado por el pintor mexicano Jorge González Camarena con la colaboración de prestigiosos artistas nacionales como Eugenio Brito y Albino Echeverría, los que también se destacaron en el muralismo nacional.
En 1962 Maco abandona el país junto a su familia trasladándose a Cuba, donde residió por varios años sumándose al proceso revolucionario de ese país. De esa forma deja Concepción y el proyecto de la Casa del Arte seguiría su camino con los arquitectos Cáceres y Rodríguez y el resultado final es el emblemático edificio que conocemos todos y que es una pieza importante de nuestro patrimonio arquitectónico y artístico. En 1965 se inaugura el edificio junto con el mural causando impacto a nivel nacional y transformándose en un importante centro artístico para la ciudad y el país.
Durante su estancia en Cuba, Maco dirigió proyectos residenciales y participó en una serie de concursos, dedicándose además a la docencia en la Cátedra de Diseño y Planificación Física ya en el periodo final de su paso por Cuba. Tras su estadía en la isla, Maco se dirigió a su natal Bolivia pasando por Chile en 1969 brevemente, momento en que trabaja en la realización del Plano Regulador de Rancagua.
La situación política en Bolivia fue algo caótica a inicios de la década de 1970. En medio del convulsionado ambiente, Maco trabaja en la elaboración del Plan Regulador de La Paz y al igual que en Cuba, desempaña labor docente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de La Paz. En ese momento participa en la Reforma Universitaria, labor que es abruptamente intervenida por un golpe de estado en 1971, en el que Hugo Banzer toma el poder, dejando a Maco y muchos otros en el bando contrario, pasando a la clandestinidad.
Maco estuvo presto a cruzar la frontera para llegar a Chile cuando el 13 de mayo de 1972 es interceptado por una patrulla del Ejército Boliviano, falleciendo en un combate librado en el lugar…
Las décadas pasan y la ciudad cambia pero sus trabajos junto a los de sus contemporáneos como los mismos Cáceres y Rodríguez u otros como Duhart y Goycoolea siguen destacando y resaltando, como un testimonio de que la arquitectura en Concepción fue un tema de importancia y por sobre todo estuvo una noción constante de “hacer ciudad”. Maco fue un personaje complejo, marcado por la política y los ideales pero por sobre por su pasión por la arquitectura. He ahí también su trascendencia, sus obras de alguna manera siguen manteniéndose vigentes, siendo objeto de estudio y admiración, en palabras de Miguel Lawner:
“…su presencia es más actual que nunca y lo será siempre”.